El hogar como ser vivo.

28. 05. 2019
V congreso internacional de exopolítica, historia y espiritualidad

"Vienen, se presentan y luego simplemente miran. Perciben el espacio a través de sus ojos. Y entonces sucede algo que considero algo completamente natural. Cierran los ojos. Quieren percibir con otros sentidos. Lo entiendo perfectamente y me retiro a un segundo plano, me voy, incluso fuera del apartamento o de la casa y dejo en paz a los clientes. Ser sólo."

Me complace experimentar este procedimiento con clientes (ya sean hombres o mujeres) cada vez más a menudo. Especialmente cuando se trata de comprar un apartamento o una casa en la que quieren vivir. El hogar es la puerta de entrada a una sensación de seguridad, protección, descanso, pero también creatividad. Pasamos una parte importante de nuestra vida en él, por eso es importante que su energía se fusione con la nuestra.

Siempre recordaré cuando vendí un gran apartamento en Vinohrady con 37 propietarios. La mayoría de los propietarios tenían entre 70 y 90 años. Y era importante comunicarnos con ellos a menudo, visitarlos para que estuvieran plenamente informados sobre lo que estaba sucediendo y cuál sería el próximo curso de acción. Encuentros increíbles. Aquí ha vivido mucha gente desde tiempos inmemoriales.

Siempre me preguntaban: “¿Quieres un café, niña?” y luego empezaban a contarme historias. "Y aquí vivía el músico señor Sádlo, y justo al lado el señor arquitecto y arriba el matrimonio que tenía una carnicería, allí también tenían un ama de casa, y a menudo nos reuníamos en el patio trasero y hablábamos, tocábamos y cantábamos... Chica, realmente sabías cómo vivir en aquel entonces... "

El hogar es un ser vivo donde se escriben historias. Es un todo vivo e indivisible que conecta todos los elementos físicos y espirituales. Sucedía a menudo que en los aposentos de estos testigos había un lugar, una especie de santuario.

El hogar es el ser donde nos acostamos a dormir, donde soñamos, pensamos, despertamos, meditamos, oramos, amamos. Es el lugar donde realmente estamos y donde queremos estar sin ninguna pretensión. Aquí reímos, pero también nos preocupamos, estamos tristes, lloramos. Es la historia de nuestra vida.

El hogar es un ejemplo de nosotros, un reflejo de quiénes somos.

Es una parte pequeña pero muy significativa de nuestro planeta, un ser vivo inteligente que nos brinda condiciones óptimas para cumplir las tareas con las que vinimos al mundo. Y al igual que todo nuestro planeta, el lugar en el que vivimos, esta pequeña parte de nuestro planeta es sensible a todo lo que hacemos en ella.

Amemos y protejamos nuestro hogar y nuestro país.

Si todo existe en unidad, entonces la conciencia terrestre existe dentro de nosotros. Y nuestra conciencia afecta la energía de la Tierra tanto como la energía de nuestro hogar. Si no cuidamos nuestro hogar, lo primero que hacemos es perjudicarnos a nosotros mismos. Todas las cosas tienen un aura.

Y cuando tengo la rara oportunidad de entrar en un maravilloso edificio de apartamentos lleno de historias y hermosa energía, siempre tengo una leve sonrisa en mi rostro, mi cuerpo vibra placenteramente como si quisiera absorber la energía placentera, quiere sé más y por un tiempo y para siempre me vuelvo parte de las historias, un ser completo.

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